Bibliotecas virtuales

domingo, 22 de julio de 2012

"La educación como un bien humano frente a lo mercantil"


Considero que la educación es la materia prima esencial y de carácter autónomo que todos los seres humanos poseemos, de tal manera estoy convencido que la educación es algo más que un instrumento  mercantilista, es natural del ser, porque esta no solamente debe pensarse como objeto sino como sujeto. De esta manera, el educarse está concebido desde el desarrollo cultural y social, porque sencillamente somos humanos gracias a la interacción  con más seres humanos, algo que nos permite actuar como seres creadores, razónales y de coherencia con el contexto social. Es así, como por medio de mi experiencia en la práctica pedagógica y profesional he creído que la educación no puede ser un paradigma más de una experiencia sin aprendizajes significativos, marcados en una escuela que no cambia en su estructura metodologica a pesar que los contextos sufren modificaciones de manera acelerada gracias a la rápida globalización e implementación de herramientas tecnológicas que requieren un cambio estructural desde una esencia del entendimiento cualitativo de la realidad que en este momento encierra el educarse en un modelo económico absorbente  y sobretodo excluyente de un pilar fundamental para el desarrollo de sociedades como es el educativo.
Cuando hablo de mi rasgo esencial desde la característica humana que me vincula a la educación  estoy convencido que es el pensar la educación como una retroalimentación diaria, desde la misma relación con nuestros  estudiantes, donde los aprendices sean activos y no pasivos en la práctica del aprendizaje, de esta manera nuestra práctica docente no debe ser una jerarquización de saberes sino todo lo contrario una desnudez de los mismos.
Me siento enamorado de la educación, de tal manera siento y creo que las sociedades son la representación fehaciente de la inversión que dentro de lo educativo y bajo la normatividad dentro de la aplicación de las políticas públicas  se dan para el progreso de sociedades enajenadas en su forma de pensar, esto refiriéndome a que la mejor inversión que puede hacer una nación como  la nuestra es invertir en la educación y en la riqueza más grande de un país. Su gente. Bajo esta premisa, he vivenciado lo difícil que es humanizar la educación, es como un laberinto sin salida tal como la leyenda griega  de Teseo y el laberinto, en donde mi actuar representa como una analogía al hijo único del rey de Atenas, Teseo, quien por su actuar decidido, valiente e inteligente logro vencer al Minotauro y salir del laberinto, una representación de  mis ideales humanos y sensibles. Yo sueño con vencer el Minotauro y salir del Laberinto que hoy enmarca la realidad educativa de nuestro país. Muchos se han dado por vencidos por ver en esta situación un “monstruo” incontrolable, esto los asusta, espanta y se alejan dejando que los venza el miedo, la falta de decisión, siendo testigos impasibles, impávidos de una realidad que no mejora porque sencillamente no queremos salir del laberinto.
He pensado  una educación para la trasformación de la sociedad, aportando mis conocimientos, aciertos y desaciertos, para formar en base a una experiencia una educación  que permita nuevos modelos de inclusión, donde los sentidos de formación no se basen bajo el argumento de la mercantilización sino  como práctica  de educar como un bien humano no como mercancía.
Mi convicción e intencionalidad incansable me ha llevado a creer que se puede mejorar frente a la desalentadora crisis que pasa la educación en Colombia, y es esa la finalidad a la que quiero aportar, porque me he permeado de diferentes tipos de comunidad educativa, y estar dentro de este aprendizaje me ha conmovido profundamente la población vulnerable, clase trabajadora colombiana que es restringida y negada  a la educación porque sencillamente  para ellos la educación formal no permite, ni da una flexibilidad, para que ellos puedan trabajar y de esta manera sobrevivir y no negarse al derecho de educase como un  bien fundamental de todos..
En este sentido la educación no puede ni debe reducirse a un valor puramente instrumental. Al contrario: uno de los logros genuinos de la controvertida “cultura global” cabalmente consiste en el reconocimiento universal de la educación como derecho de todos los seres humanos para asegurar su desarrollo personal y colectivo. Nada capta mejor este reconocimiento que el concepto de “desarrollo humano”, donde la vieja valoración de la riqueza como meta obligada de las naciones da paso a una visión más rica y más profunda: el desarrollo no es el alza en el ingreso per cápita, sino el aumento en la cantidad y la calidad de las oportunidades para el ser humano. Y la educación es tanto una oportunidad como una fuente copiosa de oportunidades.
Mi acción subjetiva y la  capacidad de imaginar, organizar, planificar y hacer  realidad planes, proyectos e ilusiones a través de la acción para idear una realidad más justa y más bella dentro de la educación, me perfilo a capacitarme y desarrollar mis objetivos de humanización educativa, fue entonces cuando encontré el programa de Maestría en alta dirección de servicios educativos que al momento de leer la presentación quede enganchado por su enfoque epistemológico.
De esta manera considero que solo haciendo parte activa de una educación humanizada y teniendo la oportunidad de dirigir programas de formación, se puede deslumbrar y hacer visible una educación comprometida con la sociedad, pienso  que la única solución de muchos conflictos en nuestro país está en educar a nuestra gente permitiéndole ser competitiva con las grandes potencias mundiales, creyendo que podemos enfocar el camino educativo a la producción y no quedarnos en la operación, a esto me refiero que nuestra formación debe romper el paradigma de la incapacidad, porque les enseñamos a nuestros estudiantes a operar una maquina cuando podemos construir una completa infraestructura, porque enajenarnos en nuestra forma de creer y pensar, porque sentirnos menos, cuando tenemos las mismas capacidades que como don de la creación Dios nos ha regalado a cada uno de nosotros. Es solo un asunto de pertenencia, de amor colectivo, porque no puedo pensar en lo individual, cuando muchos de mis estudiantes  encuentran dificultades para el ingreso a la educación superior, cuando las poblaciones dispersas de los diferentes municipios cuentan apenas con una escuela llamada rural mixta que les ofrece hasta  quinto de primaria, y después quedan a la suerte, a la deriva, hasta que muchos de ellos en los inicios de su adolescencia no encuentran otro camino sino el de seguir con la herencia familiar donde el trabajo, apaga la posibilidad de educarse.
Parece que nuestro modelo educativo no contempla esta posibilidad de una realidad humana cada vez más creciente, es entonces cuando dentro de mi vocación, convicción, liderazgo y mi total pertenencia a la educación, me embarque a la lucha de sensibilizar a la comunidad rural, de hacerla sentir que   hacen parte importante del desarrollo nacional, que gracias a ellos tenemos productos que solamente bajo su trabajo arduo llegan a nuestras ciudades para ser comercializados y donde bajo la cadena de producción en  realidad son los que más trabajaban y los que menos ganan en la cadena productiva. De esta manera logre sensibilizarlos, aprendieron que educarse era una herramienta indispensable, hoy muchos de mis estudiantes y con orgullo lo digo se tecnificaron en sus oficios y de esta manera los productos y materia prima pasaron de ser netamente artesanales, a darse cuenta que era muy diferente vender un producto natural por volumen o sea sus cosechas, que darle a la misma un valor agregado que les permita hacer parte directa de los procesos de comercialización y de esta manera mejorar sus economías.

Gran logro humano, pero esto no se consiguió de la noche a la mañana me costaron sacrificios, frustraciones, incluso hasta lágrimas, porque al principio fue difícil cambiarles el paradigma de un mejor uso de sus cosechas, y hasta la misma visión de vida que los vuelve miopes y los  condena a una costumbre y tradición donde la formación no es lo más importante sino el trabajo desde muy niños.
No concibo mi vida sin la satisfacción de educar, tampoco puedo ser esquivo a  este sentimiento altruista  que solo podemos verbalizar los maestros, a este sentimiento le debo mis ganas de vivir, creyendo que las dificultades se pueden sacar adelante cuando hay una plena seguridad de lo que debemos hacer, de esta manera el participar activamente en procesos investigativos es fundamental para darle forma a una educación desde el sentir humano, convenciéndonos que nosotros podemos pisar el primer escalón para una educación distinta basada en la inteligencia emocional y el aprendizaje significativo, de esta manera  convertirnos en entes activos de una educación basada en los contextos territoriales y no estandarizada, pero para lograr esto se necesita hacer propuestas, formular proyectos que bajo un planteamiento serio le dé pie a propuestas diferentes, nuevas y sobretodo que beneficien a la comunidad.
Para terminar, quiero seguir aportándole a la sociedad, y bajo esta premisa sé,  que la preparación es el camino, por tal motivo dentro de  mi proyecto de vida está y estará el servicio para mi comunidad, porque la vida es muy bella para dilapidarla, pero es muy corta cuando se gasta al servicio del pueblo.
Muchas gracias.
Julián Andrés Valencia Fernández





No hay comentarios:

Publicar un comentario